Niños

Caminaba a paso lento con la mente allanada, abrumada por cuestionables pensamientos de los cuales a veces sin proponermelo se me vuelven reiterativos. Entro en un callejon custodiado por muros blancos, en los mismos yacen algunos grafittis bastante curiosos observó una oportunidad  de escape, saco mi camara, hago un par de disparo, cuando me dispongo a un tercero escucho unas risitas, miro y encuentro tres niños divirtiendose como solo ellos lo saben hacer, me rasco la cabeza, por supuesto ¿que tan extraño puede ser para ellos ver a alguien tomado fotos a un muro dibujado? ni yo mismo entendia tambien el por qué, realmente no tenian ningun sentido en mis gustos, solo intentaba evadir mis preocupaciones a como diera lugar sin embargo una vez mas la vida demostraba que tan cambiante puede ser, me sonrio, direcciono me visor hacia la diana perfecta, al final ni siquiera me acordaba que me asechaba............ pero si estaba seguro de como continuar.

Danza callejera

 Acercamientos, cruzamientos, coqueteos..... el ambiente se inunda a desmedida  propiciando un descenlace arcaico, el amor, una vez más etiquetado con su estampado distintivo, inconfundible ante cualquier emocionalmente sometido.

Finalmente, en la escena, como pavo real que saca a relucir su frondoso plumaje, todo un destello exorbitante de dominación imperial, cautivando hasta las mas pinta de las indiferentes.

  Es la conclusión muy personal que da lugar a esta escenificación callejera muy bien abordada por sus interpretes.

Gatuno

La tibia brisa primaveral baña su espacio.  Ese lugar donde cada dia dormita placidamente, tranquilo, sin ser molestado, alejado de cualquier percance; esa agitada ciudad donde el bullicio hace eco siempre en su ya maltrecho sistema nervioso; Marejadas de estaciones pueden labrar nuestras vidas dejando huellas inequivocas, pero el gatuno rutinario como sumiso de sus propias emociones regresa, en el mismo horario, dando tumbos, contrariado pero como roca. Te lo encuentras ahi en es mismo sanatorio, te acercas como queriendo drogar esa escena, sin embargo te detecta, te observa, te vacila, y tras una breve pausa donde ambas miradas se empujan solo te brinda un bostezo; nadie puede contaminar las aguas que lo celan, el es victima y tu nada podras hacer, solo dar media vuelta e irte bien lejos.